Betina, la máquina del tiempo GRACIELA MONTES

"¡Qué tiempo loco!", comentan los vecinos. Un día, un chaparrón inesperado; al rato, un calorcito de verano en pleno invierno. ¡El cambio en el clima está en boca de todos! Pero nunca dio tanto que hablar como en el barrio de Florida. Todo empezó cuando Elías Bloy instaló a Betina, la máquina del tiempo, en su patio trasero y ofreció sus servicios. Por suerte, en Punta Alta ese no es el problema. Allí los que llaman la atención son Eusebio y su mamá. Él, un pingüino de Magallanes. Ella, una maestra de Música.